jueves, septiembre 02, 2004
Anna Nicole Smith, ejemplo de superación
Esta es una breve entrevista para “Reader Digest” que terminó siendo publicada en “Esto se lee mejor con el cabello teñido de rubio”, la nuevamente delgada ex-playmate Anna Nicole Smith nos revela algo acerca del vestido que lucía en la alfombra roja para la importante ocasión:
“Este vestido me lo puse por primera vez para el certamen Señorita cosecha de la Calabaza 1986 y hasta ahora volví a entrar en él, en esa época era muy pobre y tuve que confeccionarlo yo misma en mi máquina singer. Fue muy entretenido trabajar en mi choza de madera con una vela que se apagaba constantemente por la entrada del viento que hacía estremecer a mi endeble choza y a mi titiritar de frío y castañear mis dientecillos. Trabajaba al filo de la media noche, ya que salía de trabajar como mesera en la cafetería del pueblo a las 10 p.m. y caminaba dos horas por terrenos baldíos para llegar a casa, era tan pobre que la noche anterior al certamen tuve que correr hacia el oscuro y tenebroso bosque para picar árboles y sacarles resistol para pegarle a mi vestido estas florecitas y lentejuelas...”
En ese momento tuve que interrumpir la entrevista, ya que las lágrimas inundaban mis ojitos villanos, reportó para ustedes su Astrompeta.
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Esta es una breve entrevista para “Reader Digest” que terminó siendo publicada en “Esto se lee mejor con el cabello teñido de rubio”, la nuevamente delgada ex-playmate Anna Nicole Smith nos revela algo acerca del vestido que lucía en la alfombra roja para la importante ocasión:
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“Este vestido me lo puse por primera vez para el certamen Señorita cosecha de la Calabaza 1986 y hasta ahora volví a entrar en él, en esa época era muy pobre y tuve que confeccionarlo yo misma en mi máquina singer. Fue muy entretenido trabajar en mi choza de madera con una vela que se apagaba constantemente por la entrada del viento que hacía estremecer a mi endeble choza y a mi titiritar de frío y castañear mis dientecillos. Trabajaba al filo de la media noche, ya que salía de trabajar como mesera en la cafetería del pueblo a las 10 p.m. y caminaba dos horas por terrenos baldíos para llegar a casa, era tan pobre que la noche anterior al certamen tuve que correr hacia el oscuro y tenebroso bosque para picar árboles y sacarles resistol para pegarle a mi vestido estas florecitas y lentejuelas...”
En ese momento tuve que interrumpir la entrevista, ya que las lágrimas inundaban mis ojitos villanos, reportó para ustedes su Astrompeta.
