sábado, mayo 10, 2003
A quién le importa
Sin embargo, ésta refulgente estrella "internacional" no es capaz de llenar ni el Teatro Blanquita cuando regresa a México, aunque le abran el show Manoela Torres y Beto el Boticario y haga dueto con César Costa, pero, ¿por qué?, todo parece achacársele a su abaratada imagen, si sus telenovelas le abrieron camino en otros países, aquí la quemaron grueso, pues sobra decir que Thalía ha dado paso a Gathalía, una cantante (y actriz, je,je,je) que ataviada de Roberto Cavalli y botitas Gucci no vacila en congelarnos la sonrisa con frases como "¡Por su pollo que sí, Adal!", "Sí, mi línea de lentes está bien finolis", que salen disparadas sin piedad de sus colagenados labios, al más puro estilo tepiteño,
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Sin embargo, ésta refulgente estrella "internacional" no es capaz de llenar ni el Teatro Blanquita cuando regresa a México, aunque le abran el show Manoela Torres y Beto el Boticario y haga dueto con César Costa, pero, ¿por qué?, todo parece achacársele a su abaratada imagen, si sus telenovelas le abrieron camino en otros países, aquí la quemaron grueso, pues sobra decir que Thalía ha dado paso a Gathalía, una cantante (y actriz, je,je,je) que ataviada de Roberto Cavalli y botitas Gucci no vacila en congelarnos la sonrisa con frases como "¡Por su pollo que sí, Adal!", "Sí, mi línea de lentes está bien finolis", que salen disparadas sin piedad de sus colagenados labios, al más puro estilo tepiteño,
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